30 jul 2017

El consejero delegado de Shell, la mayor petrolera de Europa, lo tiene claro: su próximo coche será eléctrico

Ben Van Beurden afirmó que el próximo mes de septiembre se comprará un Mercedes-Benz S500e, uno de los modelos eléctricos de alta gama que hay en el mercado.

“Todo el movimiento para electrificar la economía, electrificar la movilidad en lugares como el noroeste de Europa, en Estados Unidos, incluso en China, es algo bueno”, dijo Van Beurden en una entrevista a Bloomberg TV. “Tenemos que estar en un grado mucho mayor de penetración de vehículos eléctricos – o vehículos de hidrógeno o vehículos de gas – si queremos permanecer dentro del objetivo de 2 grados Celsius”.

El caso del CEO de Shell no es el único dentro de la petrolera. Su directora financiera, Jessica Uhl, ya conduce un vehículo eléctrico. En concreto, un BMW i3.

Algo debe estar cambiando. En las últimas semanas hemos visto como países de la talla de Reino Unido y de Francia han puesto un límite al diésel. Reino Unio prohibirá las ventas de vehículos propulsados con gasolina o gasóleo a partir de 2040. Francia anunció unos días una medida similar.

También hay que reconocer que los fabricantes de automóviles también están cambiando. El ejemplo más claro es el de Volvo. El fabricante europeo ha asegurado que a partir de 2019 solo venderá coches sostenibles.

El camino se hace andando, y todos estos ejemplos, señalan hacia donde se dirige el cambio. ¿Adiós petróleo?