8 nov 2015

El mundo es fotovoltaico

La caída de costes, el almacenamiento y la seguridad jurídica están detrás del boom del autoconsumo en EEUU y Alemania. Hay 11 mercados en el mundo en los que la fotovoltaica crece a más de 1 GW anual. España ni está ni se la espera. La eliminación de la inversión fotovoltaica ha llegado al ridículo de ver cómo países de nuestro entorno con menos sol (Reino Unido, Bélgica, Holanda o Francia) tienen mayor atractivo para la energía solar.

La razón de este ridículo es que la generación convencional no puede competir con la fotovoltaica porque hunde los precios del mercado mayorista, reduce la demanda punta, abre la competencia a miles de pequeños productores y se puede instalar en cualquier sitio. El margen de reducción de sus costes la hace imbatible también por razones económicas.

Hay otra razón. La fotovoltaica es imprescindible para reducir las emisiones de CO2.

El problema es que el modelo de generación centralizada de las eléctricas convencionales es incompatible con el modelo descentralizado de la fotovoltaica.  Mientras el primero sólo persigue garantizarse los ingresos a través de facturar al consumidor, el modelo descentralizado se basa en reducir los costes energéticos con la participación de los consumidores.